martes, 14 de junio de 2011

AUMENTAR LA RESISTENCIA CON LA FORMA

2. AUMENTAR LA RESISTENCIA CON LA FORMA
2.1 Las formas resistentes en la arquitectura
En apariencia para hacer una estructura resistente tenemos que utilizar materiales cuanto más resistentes mejor. Una barra de hierro hueca, cilíndrica o de sección cuadrada, es un ejemplo de forma resistente. Si fabricamos los elementos estructurales con una forma determinada, conseguiremos que resistan mucho más.
La clave del éxito de las formas resistentes es repartir la carga. Observando edificaciones podemos descubrir formas resistentes que han sido utilizadas desde la antigüedad. Tres ejemplos son el arco, la bóveda y la cúpula. Para construir algo de esto primero habría que hacer un entramado de madera en el que se apoyara cada pieza. Una vez finalizado este trabajo se retiraba el entramado de madera. En ocasiones, los arquitectos del pasado se enfrentaban a problemas casi irresolubles, por ejemplo, a construir cúpulas sin utilizar un entramado de madera que sostuviera la estructura mientras se construía. Lo que inventó Brunelleschi era una estructura que se sujetaba a si misma durante su construcción.
2.2. Reforzando estructuras con triángulos y barras
En el s. XIX los arquitectos conseguían mejorar la resistencia de la estructura de una forma muy sencilla: suponiendo las vigas, todas o una parte, formando triángulos. Esta técnica se llama triangulación. Podemos encontrar ejemplos de estructuras trianguladas por todas partes. Se pueden encontrar en puentes de hierro, algunas estructuras modernas, etc. La triangulación permite ahorrar material además de aligerar el peso de la estructura.

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